Limpiar con productos naturales está de moda. No obstante, lo primero que hay que advertir es que no todos los muebles pueden ser limpiados de la misma manera y que, por tanto, hay que conocer bien las instrucciones del fabricante para no dañarlos. El que un producto sea natural no quiere decir que no pueda causar daños, por ejemplo, nuestras abuelas usaban el limón para desinfectar en sus cocinas, pero si lo usas sobre una encimera de mármol su ácido puede acabar causando manchas que te obligarán a pulirla para eliminarla.
Otro punto importante a tener en cuenta es que el poder desinfectante de los productos naturales es controvertido. No se sabe realmente cuál es su poder desinfectante y como actúan contra ciertos virus o bacterias. Por eso, si necesitas una desinfección especialmente meticulosa por razones de salud, consulta siempre qué productos puedes usar para lograrla.
Hechas estas importantes puntualizaciones, podemos decir que, en general, las cocinas modernas pueden quedar limpias, sin olores y desinfectadas con muy pocos productos y todos ellos naturales. Básicamente, vas a necesitar tres cosas: bicarbonato, vinagre blanco de limpieza y agua.
El poder del vinagre y el bicarbonato de limpieza
Empezaremos hablando del vinagre de limpieza, ese gran desconocido para muchas personas que usan el vinagre de cocina para realizar las tareas domésticas. Lo recomendable es comprar vinagre específico por dos motivos:
– El primero es que el vinagre de limpieza tiene una menor acidez que el que se usa para cocinar, por lo que resulta menos agresivo para ciertos materiales.
– El segundo es que el vinagre de limpieza no tiene color, por lo que no lo transfiere a nada.
En el caso del bicarbonato también encontramos presentaciones que se pueden ingerir y otras que solo son aptas para limpiar. Pero en este caso la diferencia se encuentra exclusivamente en el grado de pureza del producto. Mientras que el que podemos usar para una mala digestión o para lavarnos los dientes es mucho más puro, el que se vende para limpieza es de inferior calidad y también tiene un menor precio.
Estos productos pueden ser muy útiles por separado, pero juntos se potencian y por eso suelen usarse de este modo. El bicarbonato al que se añade vinagre entra en efervescencia y este poder efervescente es similar al de algunos productos químicos que se usan para desincrustar la grasa.
La limpieza del horno
Todos odiamos limpiar el horno, por eso cada vez se venden más pirolíticos. Pero si no tienes la suerte de tener uno, aprender a limpiarlo con bicarbonato y vinagre te hará la vida mucho más fácil. Solo tienes que poner una cantidad de bicarbonato en una taza y añadir poco a poco agua para formar una pasta. Tiene que ser espesa pero que se pueda extender. Esta pasta la tienes que esparcir por el horno para que lo cubra en su totalidad.
Con un spray, aplica vinagre sobre la pasta para que se produzca la efervescencia de la que hemos hablado. Deja que actúe durante unos minutos y retira todo con una bayeta húmeda. Seguramente necesites aplicar vinagre varias veces, pero verás como la grasa desaparece y el horno queda brillante e impecable.
Esta pasta puedes usarla también para los alicatados del salpicadero de la cocina, donde se acumula una mayor cantidad de grasa.
Los muebles de cocina
La limpieza de los muebles de cocina tipo melamina puede hacerse con una mezcla de dos partes de agua y una parte de vinagre. Humedeces un paño y lo pasas por el mueble. Si está muy sucio puedes usar una esponja. A continuación, usas una bayeta de microfibra limpia para retirar todos los restos y sacar brillo.
Si los muebles son de madera, añade al vinagre unas gotas de aceite de jojoba para hidratarla. Así, podrás limpiar las manchas de grasa y mantener la madera en las mejores condiciones. En el caso de los tiradores metálicos, la mezcla de dos partes de agua por una de vinagre también es válida, pasando a continuación un paño seco. Cuando los tiradores están muy sucios pueden quitarse de las puertas y sumergirse en esta mezcla durante media hora para que se desprenda toda la grasa y polvo que tengan acumulados.
Para las encimeras usa bicarbonato y agua. Esparce el bicarbonato por la encimera, añade agua y con un estropajo suave frota las manchas hasta que la encimera esté perfectamente limpia. Además, desaparecerán los malos olores.
Y para olores los que salen del cubo de la basura, que siempre es un punto caliente en la cocina. Para limpiarlo y que deje de oler mal hierve vinagre y, siempre que el material del cubo lo permita, viértelo en su interior. Deja que actúe y friega con un estropajo pasados unos minutos. Te va a encantar el resultado de tus cocinas con isla o sin ella.